lunes, 18 de abril de 2011

En el idílico templo de 'Memorias de una geisha'


Viajar por Japón es sinónimo de ver templos, muchos templos, muchísimos templos. El país está sembrado de espectaculares templos y resulta difícil decantarse por uno porque los hay tremendamente bellos. Pero si tenemos que decantarnos por uno de ellos, nuestra elección es clara. Se trata de un templo situado en las afueras de Kyoto y construido en un paraje natural excepcional. Lo más destacado del templo, llamado Fushimi Nari, es su camino flanqueado por toriis rojos, que lo convierte en una pieza única.


Algunos ya lo habéis visto en la conocida película 'Memorias de una geisha', donde la protagonista corre por el camino que forman dichos toriis. El camino de los toriis rojos, que en algunos tramos es doble, rodea una colina verde, que ofrece un recorrido de varios kilómetros y que resulta una gozada, lejos de las grandes urbes niponas donde suelen estar el resto de los templos. 


Tras una caminata preciosa y cientos de fotos, la excursión resulta muy recomendable. Se trata de un templo poco visitado por estar lejos del recorrido habitual por Kyoto, pero os aseguramos que merece mucho la pena visitarlo.


Ahí os dejamos un álbum para ampliar sensaciones:
En el idílico templo de 'Memorias de una geisha'

lunes, 11 de abril de 2011

Viva Las Vegas

Como hemos dicho en anteriores posts, Las Vegas es una ciudad que merece la pena visitar para alcanzar a comprender sus dimensiones. Por mucho que os contemos, sin la experiencia propia es imposible aproximarse a la realidad de esta urbe del 'vicio'. Todos hemos visto imágenes de esta capital mundial del juego y nos hacemos una idea de lo que es antes de viajar allí, pero luego el contacto real supera cualquier tipo de previsiones. De todos modos, además de aconsejaros una visita si tenéis la ocasión (la cercana ubicación del Gran Cañón del Colorado sería una excusa perfecta), os dejamos un vídeo al ritmo del mítico Elvis con algunas de las mejores fotografías que tomamos en nuestras dos paradas en Las Vegas. A ver si os gusta y os animáis.


domingo, 3 de abril de 2011

Chungking Mansions, el low cost del alojamiento y la comida en Hong Kong



Como os dijimos en su momento, en nuestras peripecias por Hong Kong contamos con la inestimable orientación de nuestros amigos Sharon y Alberto. Uno de los lugares que nos habían llamado la atención al leer la guía eran las Chungking Mansions. Por la descripción del libro, "se trata, sin duda, de un lugar único en el mundo, una auténtica posada cosmopolita", a la que acompañaba una clara recomendación de buscar otro sitio donde alojarse, nos apetecía ver en persona un sitio tan curioso y nuestros anfitriones no dudaron en llevarnos a visitarlo, sabiendo claramente que no nos dejaría indiferentes.



Pese a su 'oscura' fama, que habla de un lugar en el que las medidas de seguridad en caso de incendio dejan mucho que desear, por no hablar de sus condiciones higiénicas, se sitúa en la arteria principal de la península de Kowloon, en la calle Nathan Road. Su gigantesco y destartalado aspecto llama la atención desde el inicio. Un frontal tremendo abarrotado de aparatos de aire acondicionado dispuestos sin un orden lógico generando una caótica fachada.


Las Chungking Mansions atraen tanto a turistas que buscan una cama a precios realmente tirados (hablamos de 'dormitorios' desde 6,5 euros por persona en el más barato, y una media de 30 euros por habitación doble en los cerca de 80 establecimientos que hay en las 17 plantas de esta torre) como a todo aquel que quiere disfrutar de diferentes ofertas gastronómicas, en especial indias, a un precio inigualable. Nada más entrar te encuentras con un ambiente más propio de un mercado que de un 'hotel' o 'restaurante', con diversas personas gritando y ofertando habitaciones, comida, cambio, ropa...


La enorme torre que alberga las Chunking Mansions dispone de cinco bloques con sus respectivos ascensores, que parecen un signo de identidad. Junto a ellos existen unos enormes carteles donde se ofertan los numerosos establecimientos de comidas y alojamiento que, para un occidental, resultan una mezcla tremenda de nombres que agotan la vista. Fuera de los elevadores hay dos pantallas de televisión que muestran el interior de los mismos como para dar tranquilidad y seguridad al 'valiente' que se meta en ellos.


Hemos de confesar que sólo estuvimos en el lugar como exploradores, pero que ni nos alojamos ni comimos. Dejamos esa misión para alguno que tenga más estómago y pueda contar su experiencia, que seguro que será mucho más completa y enriquecedora, en los comentarios de este post. Sólo podemos decir que, como esperábamos, nos llamó la atención y mereció la pena la visita.