Hemos de reconocer que antes de ir a la República Checa en la Semana Santa de 2005 nunca habíamos oído hablar del cervatillo ni de nada que se le pareciera. Pero claro, llegas al lugar y emocionado puedes decir buscar el emblema de la ciudad. Y en qué hora, si todo el mundo sabe que Karlovy Vary es reconocido mundialmente por sus aguas termales, el cristal de Moser, las obleas y el licor Becherovka.
Y es que el animalito en cuestión parece tener vida, porque además de estar situado a una altura considerable en un monte cercano, las indicaciones no son todo lo precisas que deberían y los seis que integrábamos la expedición nos tiramos casi una hora para encontrar al cervatillo. Ya era cuestión de amor propio y, aunque alguno optaba por rendirse y arrojar la toalla, al final dimos con él. Si hubiera sido de verdad probablemente habría terminado asado y como plato principal de una comilona, pero nos tuvimos que contentar con sacar las fotos que acompañan.
Así que si algún día visitáis Karlovy Vary (es una excursión muy chula de un día desde Praga; puedes ir en autobús de línea sin problema), pensároslo dos veces antes de buscar al cervatillo, salvo que queráis hacer ejercicio para abrir el apetito.
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