viernes, 5 de marzo de 2010

Una ciudad fantasma muy viva


El verano de 2009 lo pasamos recorriendo gran parte de los Parques Nacionales del Oeste de Estados Unidos. Cubríamos la etapa entre Yosemite y Death Valley cuando algo llamó nuestra atención en la guía: ciudad fantasma. El término era tentador, así que dirigimos el coche hacia Bodie, en el límite entre California y Nevada, pero perteneciente al primer estado. En la guía, de la que nunca os fiéis, indicaba que cerraban a las siete, así que teníamos tiempo, pero cuando llegamos al cruce donde empezaban los tres ultimos kilómetros sin asfaltar que llegaban al pueblo fantasma, nos encontramos con una sorpresa desagradable. Pese a la indicación de la guía, el Historic Park (aquí todo es histórico para sacarte los cuartos) cerraba una hora antes de lo previsto. Así que recorrimos los tres kilómetros a toda velocidad para perder el menor tiempo posible.


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En la entrada de la puerta estaba la guarda de turno, que nos cobró a pesar de que sólo teníamos veinte minutos por delante y nos advirtió de que a la hora de cierre sus compañeros nos echarían. Qué hospitalidad.

Pero cuando llegamos a la ciudad fantasma todo se nos olvidó. Sus habitantes la habían dejado hacía muchos, muchísimos años, pero se conservaba, en su estructura, como en la época de la fiebre del oro en que se había levantado. Los edificios permanecían inalterables y se podía ver la iglesia, el saloon, la escuela, tiendas... Uno de los pueblos fantasmas mejor conservados de todo el país. Recorrimos las construcciones a todo meter, sacando fotos aquí y allá y procurando alejarnos lo máximo de la entrada para que cuando nos echaran viéramos el mayor número de cosas. Aunque no servía de consuelo, no éramos los últimos en llegar. ¿A quién se le ocurre cerrar una atracción turística de ese calado a las seis de la tarde?


La verdad es que nos dio tiempo a ver prácticamente toda la ciudad, aunque no con la calma que hubiéramos deseado. Entonces aparecieron los implacables guardas a despejar el terreno, a los que toreamos convenientemente para seguir viendo el lugar.


Cuando ya no había más tretas que utilizar nos fuimos de la ciudad fantasma con una gran sensación y con el deber de recomendar este sitio tan espectacular.

Ahí os dejamos un album de fotos de la ciudad fantasma de Bodie, muy auténtica:
Una ciudad fantasma muy viva

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