Japón es un país espectacular. Un lugar en el que es imposible aburrirse ni perderse. Lo primero porque todo, absolutamente todo, te llama la atención. Lo segundo porque está todo, absolutamente todo, tan bien organizado y se cumplen tan a rajatabla los horarios que desplazarse en sus famosos trenes bala (shinkasen) es un placer más que el martirio al que nos tiene acostumbrados Renfe.
Esa excelente organización no quita para que echar un vistazo a sus carteles e indicaciones te produzca dos sensaciones. Por un lado te abruma. Con ver alguno de los mapas de las imágenes que adjuntamos, sabréis a qué nos referimos. La barrera idiomática aquí sí que es un muro.
Y por otro lado te da la sensación de estar en un país dedicado a los niños hasta cuando hay que indicar cosas a los mayores. Por algo es el país de Hello Kitty, un símbolo nacional que ha traspasado fronteras. Sólo con observar el cartel de ahí abajo, con las indicaciones de dónde se pueden encontrar los servicios y los primeros auxilios entenderéis lo que os queremos decir.
Japón es un país espectacular. Un lugar en el que es imposible aburrirse ni perderse. Lo primero porque todo, absolutamente todo, te llama la atención. Lo segundo porque está todo, absolutamente todo, tan bien organizado y se cumplen tan a rajatabla los horarios que desplazarse en sus famosos trenes bala (shinkasen) es un placer más que el martirio al que nos tiene acostumbrados Renfe.
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