viernes, 19 de febrero de 2010

Nada escapa al merchandising

Los amish que habitan el condado de Lancaster responden a los parámetros que hemos visto en las películas. Viven como si hubieran retrocedido varios siglos en el tiempo. Ajenos a cualquier avance tecnológico, sobreviven sin electricidad, se desplazan en sus típicos carromatos tirados por caballos, trabajan la tierra con herramientas manuales... No les hables (si es que alguno te aguanta la mirada) de facebook o twitter. Sin embargo, esta comunidad es el principal, por no decir el único, atractivo turístico del condado.


Y eso lo han sabido aprovechar muy bien sus vecinos. Todo el condado respira a amish por los cuatro costados. Y en un país en el que cualquier evento, grupo o institución cuenta con un amplio abanico de productos de merchandising, los amish no podían ser menos. Así que en todos los rincones del territorio podemos comprobar lo mucho que quieren a esta comunidad... por el interés, evidentemente.


Porque serán muy buenos vecinos, ya que no molestan, no meten ruidos, son educados... y si encima reportan unos buenos dólares, pues miel sobre hojuelas. Así que los emprendedores del lugar no dudaron en sacar el máximo partido de los amish realizando todo tipo de souvenirs: pins, gorros, platos, mantas, bolas de Navidad, imanes, muñecos, palilleros...


El negocio es boyante, el tema es ver cuánto sacan en claro los verdaderos protagonistas.

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